Durante dos días, las mujeres de Pinos del Valle y Lecrín participaron en el taller creativo Entre nosotras y para nosotras, una experiencia de conexión, reflexión y empoderamiento impulsada por SaludFem 2.0.
En este primer taller, a través del movimiento, la expresión corporal y la palabra, las participantes exploraron sus emociones, su papel en la comunidad y la importancia de las redes de apoyo. «Estamos en casa y estamos solas, aquí podemos compartir», compartió una de ellas, resaltando el valor de estos espacios seguros.

El teatro: una herramienta para el cambio
El teatro no solo es arte, sino un medio para generar conciencia y fortalecer la salud comunitaria. Las dinámicas abordaron temas clave como la identidad, la memoria intergeneracional y el autocuidado, con las que las mujeres implicadas pudieron:
- Visibilizar problemas de salud y desigualdad.
- Fomentar la empatía y el diálogo.
- Practicar habilidades de liderazgo y comunicación.
- Promover la salud emocional y la autoestima.
Durante el encuentro, compartieron historias cargadas de emoción, recuerdos familiares, luchas de mujeres del pasado por la igualdad. «Somos las guardianas de la memoria», afirmaron con orgullo. También surgió la necesidad de integrar a las nuevas generaciones en estos espacios, fomentando el relevo generacional y la continuidad del tejido asociativo en las zonas rurales.
El encuentro finalizó con un retrato colectivo donde cada una plasmó lo mejor que aporta al mundo, dejando claro que su fuerza y sabiduría son invaluables. La palabra más repetida en el cierre fue unión, reflejando el impacto de este fin de semana.

Un espacio que debe continuar
Ante el entusiasmo de las participantes, se propuso organizar reuniones mensuales para seguir fortaleciendo esta comunidad de apoyo. «Lo que una hace, una defiende, y estar juntas nos trae salud», concluyeron.
El éxito de este taller confirma la necesidad de seguir creando espacios donde las mujeres rurales puedan expresarse, compartir y crecer juntas. Marca el inicio de un camino en el que el arte y la colectividad se convierten en herramientas para el bienestar y la transformación social. Además, demuestra que la cultura y la creatividad pueden ser poderosos motores de cambio en la vida de las mujeres rurales.



