Entre imágenes y emociones, las mujeres rurales de Padul se embarcaron en una experiencia única: Revelarse, un taller donde la fotografía se convirtió en una herramienta para explorar su identidad y resignificar sus historias.
Desde el primer instante, la energía fue arrolladora: cajas convertidas en collages, recuerdos bordados sobre imágenes y cuerpos capturados con una nueva mirada. En cada sesión, la fotografía permitió conectar con el pasado, plasmar el presente y proyectar el futuro con valentía.

La fotografía como espejo y voz
Más que imágenes, este taller es un espacio de transformación. Aquí la fotografía y el arte permiten:
- Rescatar la memoria colectiva y fortalecer la identidad comunitaria.
- Reflexionar sobre la evolución del territorio y su impacto en la salud.
- Expresar emociones y deseos a través de un lenguaje visual.
- Conectar el cuerpo, comunidad y entorno.
- Fomentar el diálogo y la participación activa.
Lo que empezó como un taller de fotografía se convirtió en un viaje de autodescubrimiento y conexión. Revelarse no solo ha dejado imágenes, sino huellas imborrables en cada mujer. La emoción y complicidad vividas en estas sesiones confirman que necesitamos más espacios como este: donde la imagen hable, la creatividad sane y la comunidad fortalezca.


